“No aceptes lo habitual como cosa natural.
Porque en tiempos de desorden, de confusión
organizada,
de humanidad deshumanizada, nada debe parecer
natural.
Nada debe
parecer imposible de cambiar”
Bertolt Brecht
El paso de los años no debe nunca hacernos perder las experiencias de los caminos que hemos recorrido, de las grandes alegrías y triunfos y de las amargas pero a veces necesarias derrotas. Es por ello que hoy es un día para recordar, para conmemorar y poner en alto nuestro caminar como prueba incuestionable de que nuestros sentires están más vivos que nunca.
Viendo a
nuestras universidades desvalidas, y a nuestras familias endeudas por el cruel
y descarado abandono del estado a la educación pública, decidimos hace ya 3
años, unirnos en la Mesa Amplia Nacional Estudiantil en torno al objetivo de
defender nuestra educación, de no dejarla privatizar para construir así un país
con soberanía, democracia y paz. Seguros y seguras de que la fuerza de la
movilización, de la unión y con el
respaldo de una sociedad que clama transformaciones sociales, nos lanzamos a
las calles llenos de argumentos, de creatividad, de rebeldía, de amor y de
vida.
Decidimos
parar nuestras actividades académicas, no como una muestra de vagancia, sino
como un ejercicio de poder y de denuncia, que retumbaba y retumba en el
continente latinoamericano, reclamando la garantía de nuestros derechos, y el
cese al insolente saqueo al que nos someten algunos gobernantes. Luego de casi
un mes de estar en actividad permanente en el Paro Nacional Universitario, el
gobierno de Juan Manuel Santos decide, el 10 de Noviembre de 2011, retirar el
proyecto de reforma a la ley 30 que buscaba profundizar la crisis de la
educación pública y priorizar un modelo de privatización y endeudamiento para
poder acceder a la educación superior.
Anotamos
este suceso de la historia colombiana como una victoria para el movimiento
estudiantil que demostró que a través de los argumentos, de la acción colectiva
y de las movilizaciones masivas y creativas es posible detener los nefastos
proyectos que buscan entregar nuestro país a los designios del capital internacional. Sin embargo, no nos
dormimos en los laureles luego de esta esperanzadora victoria, seguimos
trabajando, construyendo, marchando.
Hoy, luego
de 3 años y muchos más de legados de luchas y de esfuerzos incontables, podemos
decir con todo orgullo que tumbamos la reforma y que la lucha no termina. Que
nuestras banderas siguen más vivas que nunca: pleno financiamiento del estado a
la educación superior pública, democracia universitaria, calidad y dignidad
educativa, una universidad que se relacione con la sociedad y que sirva a la
construcción de un proyecto de nación soberana y democrática. Con nuestras
reivindicaciones y con una propuesta de ley alternativa de educación nos
enfrentamos hoy al Acuerdo por lo Superior, una propuesta de política pública
que retoma todo lo derrotado en 2011 y agrega nuevos elementos de quiebra
financiera, degradación de la calidad académica y violación de la autonomía
universitaria.
Hemos
declarado este el día de la dignidad estudiantil, de la dignidad de un Pueblo
que se levanta y que no se deja amedrentar, hoy más que nunca decimos que no
cesaremos, que no nos intimida la pretensión de consenso del gobierno, ni las
amenazas reiteradas, que hoy más que nunca creemos en la fuerza de la unión y
la movilización social como baluartes en la defensa de nuestros derechos.
¡Que vivan los y las estudiantes, jardín de nuestra alegría!
Viendo a nuestras universidades desvalidas, y a nuestras familias endeudas por el cruel y descarado abandono del estado a la educación pública y la consultar rut, decidimos hace ya 3 años, unirnos en la Mesa Amplia Nacional Estudiantil en torno al objetivo de defender nuestra educación
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