El alza de matriculas y el accidentado proceso de admisión en la Universidad de Caldas

Posted by Mesa Amplia Nacional Estudiantil - MANE Colombia On miércoles, 23 de enero de 2013 0 comentarios

   El alza de matriculas y el accidentado proceso de admisión en la Universidad de Caldas

En el primer semestre de 2012 entró en vigencia el nuevo acuerdo de matriculas en la Universidad de Caldas, un nuevo sistema que pese a una amplia oposición y a la lucha emprendida por los estudiantes en su contra, se ha venido aplicando para los nuevos estudiantes de la institución. A un año de su implementación se ha podido confirmar, a través de abundantes hechos, que la posición asumida por estudiantes y profesores frente al nuevo acuerdo siempre fue la correcta, ya que este no generó la cacareada equidad que la administración y las mayorías del Consejo Superior prometieron, sino que por el contrario, ha limitado gravemente el acceso de los jóvenes de la región y el país a una de las más importantes  universidades públicas de Colombia.
Las cifras no nos permiten mentir. El porcentaje de estudiantes exonerados del pago de matricula pasó del 75% al 49%, esto significa que -de acuerdo al promedio de estudiantes admitidos en los últimos dos años- los exonerados pasaron de aproximadamente 800 estudiantes por periodo a ser alrededor de 520 con el nuevo acuerdo. El resto de estudiantes y sus familias se han tenido que someter a altos costos en las matriculas, que en la mayoría de los casos no corresponden a su realidad socioeconómica ni guardan relación con su capacidad de pago, y con los que el carácter público de la Universidad de Caldas se desvirtúa por completo. Los altos costos de las matriculas se reflejan en el sustancial incremento del porcentaje de estudiantes con matriculas superiores a 1 y 2 millones de pesos. En los años 2010 y 2011 en promedio al 5,3% de los admitidos (56 estudiantes por periodo) se les liquidaron matriculas superiores al millón de pesos, mientras que en el primer periodo de 2012 el 15,7 % de admitidos (173 estudiantes) pagaron matriculas por encima de este valor. Mientras el 1,9% de los nuevos estudiantes (19 admitidos en promedio) en 2010 y 2011 pagó matriculas superiores a 2 millones de pesos, el primer semestre de 2012 el 3,9% (44 estudiantes) se vio sometido a sufragar más de 2 millones de pesos por este concepto.
Sin topes y con la aplicación de formulas que buscan que las familias paguen más (como el factor que se basa en el valor de la pensión del último año de colegio privado para multiplicarlo por 5), los costos de algunas matriculas han llegado a superar a los de la mayoría de universidades privadas de la ciudad. Matriculas como la pagada por un estudiante de enfermería por valor de 4 millones 976 mil pesos (ver en http://goo.gl/Z4nMy), han generado indignación en la comunidad caldense y de otras regiones del país, al observar la progresiva elitización de una universidad que tradicionalmente ha acogido en su seno a las clases menos favorecidas, brindándoles una posibilidad real de escapar de la trampa de la ignorancia y la miseria. Con estos costos, la universidad supera a instituciones privadas como la Universidad Católica de Manizales, cuyos costos para programas de pregrado oscilan entre 902 mil pesos y 3 millones 751 mil pesos (ver en http://goo.gl/dSesJ), a la Universidad de Manizales –con excepción del programa de medicina- con costos entre 799 mil pesos y 3 millones 592 mil pesos (ver en http://goo.gl/i9zUv) y a la Universidad Antonio Nariño con matriculas entre 1 millón 863 mil pesos y 2 millones 976 mil pesos (ver en http://goo.gl/IyKM5).
A solo un año de su aplicación, el nuevo sistema de matriculas ha cumplido con el único propósito que en realidad tenía el rector y la administración de la Universidad de Caldas: ensanchar las arcas de la institución por este concepto. El recaudo por matriculas de pregrado pasó de 4 mil millones de pesos en el año 2011 a poco más de 5 mil millones en 2012, lográndose un incremento del 25% gracias al cobro de mil millones de pesos adicionales. Por estas razones, no sorprende que los jóvenes que hoy se presentan al proceso de admisión, lo hagan con más prevenciones y cuidados que con la expectativa real de iniciar su recorrido en la educación superior. Si bien existen otros factores de orden vocacional, familiar y personal que influyen en la decisión de no ingresar a la universidad, sin lugar a dudas, el factor económico ha resultado determinante para una cantidad importante de familias.
Los ecos de este nuevos sistema de matriculas se han sentido en el actual proceso de admisión. Después de haberse llevado a cabo primeros y segundos llamados en todos los programas y faltando menos de 15 días para el inicio de clases, solo 707 estudiantes nuevos se han matriculado, es decir, con 1.300 cupos disponibles para nuevos estudiantes, solo el 53% de ellos ha realizado todos los trámites para ingresar a la institución. El bajo porcentaje en la matricula se evidencia en programas con una larga tradición de completar sus cupos en primer llamado, como medicina, enfermería  y derecho. Durante este periodo, se hicieron segundos llamados a 31 estudiantes en medicina (ver en http://goo.gl/tLD2E), 19 estudiantes en enfermería (ver en http://goo.gl/WvUsc) y 17 estudiantes en derecho (ver en http://goo.gl/9MyN8); llamados que han sido insuficientes para copar los cupos, por lo que en tercer llamado se han tenido que  convocar a 16 estudiantes en medicina (ver en http://goo.gl/1eVkU), 13 estudiantes en enfermería (ver en http://goo.gl/L72d9) y 9 en derecho (ver en http://goo.gl/uyyjf). Cifras de escándalo que tienen que generar un amplio debate y que obligan al rector Ricardo Gómez  y a su equipo directivo, a replantear su posición frente a un acuerdo de matriculas excluyente e inequitativo.
El alza de matriculas y medidas similares impulsadas por la actual administración, desdibujan la imagen de la Universidad de Caldas como una institución pública, abierta a la comunidad y comprometida con el desarrollo de la región y el país, e impulsan una visión mercantilista que concibe a los estudiantes como clientes y a la universidad como una empresa. Será deber de estudiantes y profesores, a través del debate y la movilización civilista y democrática,  transformar este tipo de políticas en el plano local y contribuir a la construcción de una ley de educación superior que responda a las genuinas necesidades de nuestra nación.

Darío Arenas Villegas
Representante Estudiantil Consejo Superior U. de Caldas

Alexander Álvarez Giraldo
Representante Estudiantil Consejo Académico U. de Caldas



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